Yo
creo que voy bien: siento paz, vivo en la aceptación, fuera pensamientos
negativos, nada de actualizar el pasado ni enredarme con gente o situaciones densas;
quita, quita…. ¡Funciona!
Claro
que, metida en casa, rodeada de mis cositas y en mi zona de confort, sin que
venga nadie a meterme el dedo en el ojo y sin “bregar” con la “matrix”, lo de
sentir paz resulta fácil.
Vale, venga, me voy a Mercadona (a practicar
la paciencia); al bus (a practicar la tolerancia); a dar un paseíto por ahí, a
contemplar las pintadas sucias de las
paredes (niñatos de mierda); los patinetes sin control por todas partes (vaya tela);
las mesas de los bares que no te dejan paso (vamos, x Dios!!!); las cacas de perro sembrando las aceras (¡más
multas!); las conversaciones banales (ganas de gastar saliva); los azúcares a
rebozar en los escaparates de las
confiterías (¡ñan! ¡ñan!) y la gente fumando (¡oiga! no se meta más metales
pesados en el cuerpo, que le taponan las arterias; ah, ¡¡¡y las colillas al bolsillo!!!).
Y
ahora viene lo mejor: Aquí mis nuevas gafas de mirar el mundo:
─Nada,
nada, señora, tranquila, que si se le olvidó la lechuga, yo espero en la cola a
que usted la traiga, sin problema (total, si van a ser dos minutos). ¿Y ese mogollón de monedas? ¿Es que rompió la hucha y quiere pagar la compra con céntimos? Pues nada, deme un puñadito, que le ayudo yo con los montones, faltaría plus...
─Sí,
señor, este autobús va para el pueblo, puede usted sacar el dinero o la tarjeta
cuando suba, para qué lo va a preparar antes, total, si van a ser dos minutos
ahí, al sol, esperando en el escalón de abajo del autobús; sin problema.
─¿Pintadas
sucias en las paredes? ¿Qué pintadas? Yo ya no estoy en eso. Yo me centro en imágenes
bonitas como las nubes del cielo, el contorno de las montañas, el sol
colándose entre las ramas de los árboles, las florecillas creciendo en el
asfalto…
Un
momento…, me voy a comprar una torrija, que me chiflan, pero SOLO UNA y para disfrutarla, no castigándome después pensando
que es malo, que engorda… (para eso lo dejo ahí, con sus amigas las confiteras).
Bueno,
ya me trabajé mucho por hoy, dejo el resto para mañana…
Y
como dice un tipo de youtube: “Hasta pronto, sean felices o por lo menos inténtenlo” (esto me lo digo yo a mí misma, que ahí fuera parece que no hay nadie).
No hay comentarios:
Publicar un comentario