Ayer
me encontré este sillón de cuento, bueno, mejor dicho, el sillón me encontró a
mí (flechazo a primera vista). ─¡María, hazme una foto!─. Y mi amiga enseguida
preparó el móvil ¡Flasch!
Después
de la instantánea, me quedé un rato ahí, acaricié texturas y disfruté del
acogimiento. ¡Y fue cuando ocurrió!
De pronto, escuche una voz que me susurraba al
oído. Pensé que se trataba de un altavoz conectado al sillón o algo así. Pero
no, era el propio sillón el que me hablaba. ¿Qué me dijo? Pues esto fue lo que
me dijo:
«Donde estés, habrá una mirada de luz que te envuelva y te acaricie.
Donde estés, sabrás que me asomo al
abismo para cuidar de ti y acompañarte.
Donde estés, recibirás el aliento y
el sosiego que reclames o necesites.
Donde estés, yo estaré contigo, pero no como un simple e
imperfecto humano, sino como la divinidad que llevas dentro. Porque yo soy tú y
tú eres yo. Y juntos formamos el maravilloso ser que eres».
Igual llegas a los Estados Unidos y nos tomamos algo juntos. Puedes conectar la música que tanto nos gusta, cerrar los ojos y viajar.
https://www.youtube.com/watch?v=447yaU_4DF8&list=RD447yaU_4DF8&start_radio=1
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