domingo, 29 de septiembre de 2024
Un mensaje de amor
domingo, 4 de agosto de 2024
¡SUELTA!
Llevo
unos días alucinada con esto de “soltar”. Y es que, si lo pones en práctica,
ves que funciona.
Le llamo “soltar” a pensar en eso que
te perturba, eso que arrastras desde hace tiempo, eso que no te deja dormir, lo
que no sabes cómo solucionar…, y dejarlo en manos de (el destino, el universo,
Dios, la energía, el cosmos, un familiar desencarnado…, llámalo como quieras).
Lo importante no es a quién se lo entregas, sino que «lo sueltes», pero que lo
sueltes de verdad, que no pelees más con ello.
¿Temas de dinero? =
al carajo. Mi vida y mi tranquilidad tienen más valor que eso.
¿Temas de “no me
hablo con mi prima”? = Suelto. Si se tiene que solucionar, se solucionará,
paciencia y confianza; que sea cuando tenga que ser, o que no sea si no tiene
que ser.
¿Tema “el trabajo me
agobia”? = ¿Por qué? Igual estás en el sitio equivocado y no lo quieres ver.
Suelta. Conozco a una chica que me contó algo de su trabajo. Me dijo que había
pedido un traslado a otro departamento porque su jefe y un compañero le hacían
la vida imposible. Al final, y mientras se solucionaba el problema, optó por
soltar. Esto era que, si el jefe le denegaba un día libre que pedía, ella
decía, vale. Y si, en cambio, se lo concedía a su compañero, ella decía, vale.
Pero no es que estuviera en resignación, lo que estaba es tratando de que nada
de fuera le afectara, mientras llegaba su traslado. Y llegó. Llegó porque ella
no estuvo en resistencia. Confió y no dejó que nada le perturbara mientras se
producía el cambio. Eso es “soltar”. No es lo que ocurre fuera, es lo que yo
hago con eso que ocurre fuera: ¿Lo padezco? ¿Me duele? ¿Me quita el sueño? =
¡SUELTA!
Soltar, también es dejar que en cada momento
ocurra lo que tiene que ocurrir, aunque no concuerde con lo que yo quiero que
ocurra. La vida no está diseñada teniendo en cuenta mis gustos (ni los de
nadie). Aceptar que la gente se equivoque, que sea impertinente, que me defraude,
que no se comporte como yo creo que debería comportarse, porque si “suelto” y me
dedico a comprarte un helado de limón con sabor a fresa, igual hasta me
sorprende lo ligera que se me vuelve la vida y lo poco que engorda ese helado.
Bueno, que me enrollo como las alfombras
en verano. Que pongas un letrero en la nevera que diga: “Suelta” y ve dejando sitio
para que llegue lo bueno; que llegará (si sueltas).
Merce Sahonik
viernes, 31 de mayo de 2024
LA ISLA DESIERTA
He buscado información acerca de vivir solos en una isla y, al parecer, la única preocupación es la forma de sobrevivir, pero de la
estabilidad emocional no dice nada. Imagino que mi crecimiento personal sería
otro, porque, al no tener referentes de personas con las que medirme o
interactuar, resulta difícil saber cómo me manejaría en ese sentido. Y digo yo,
¿para qué quiero saber cómo me manejaría con las personas si estaría yo sola?
Yo creo que en la isla desierta el sufrimiento emocional sería
cero, porque si analizara lo que me hace sufrir, todo tiene que ver con el
entorno social: que si la presidenta del bloque no tramitó mi queja sobre la
limpieza; que si mi compañero de trabajo me ha dado una mala contestación; que
si no me admitieron en ese curso; que si mañana tengo que recoger los análisis
de mi madre y no sé qué me dirán; que si mi jefe no me quiere dar los días de
vacaciones que necesito; que si me crucé a fulanita por la calle y no me saludó;
que si me han invitado a una boda a la que no quiero ir; que si mi pareja no me
quiere; que si pitos; que si flautas. ¿Entonces? ¿Me tengo que ir a una isla
desierta para comprender que dejo que todo lo de fuera me altere, que vivo para
los demás y que por eso sufro?
Pues oye, me voy a fabricar una isla desierta en medio de «la
jungla» humana, a ver si me queda claro que nada me puede afectar sin mi
permiso.
Merce Sahonik.
lunes, 11 de diciembre de 2023
NINGÚN SITIO AL QUE LLEGAR
Hoy,
con lo rápido que va todo y la comunicación por watsapp, pienso que convendría
utilizar las frases positivas y eliminar las palabras que no deberían sonar y
confundirnos. Por ejemplo: Si digo: “No llegaré tarde”, la persona, si lee el
mensaje rápido, igual lo que se le queda es “tarde”. Mientras que si digo:
“Llegaré temprano” la cosa cambia.
Otros ejemplos:
“No me grites”
(“Háblame despacio”; elimino “grites”).
“No dejen la basura fuera del contenedor”
(“Dejen la basura dentro del contenedor”; elimino “fuera”).
Y, como rectificar
es de sabios (no me beso porque no me alcanzo// me besaré cuando me alcance)
ahora digo que algunas frases negativas funcionan mejor que las positivas.
¿Cómo es eso?
Muy sencillo. Dicen
que el futuro no existe, que el pasado tampoco existe, que hay que mantenerse
en el presente a toda costa. Sí, guay, perfecto, te lo compro, pero ¿cómo se
hace eso? Porque no olvidemos que la mente tiene sus propias estrategias para “enredarte”
y traerte preocupaciones, miedos, inseguridades y todo tipo de contrariedades
que no están ocurriendo, pero que ella te dice que podrían ocurrir…
De repente me dije:
Necesito algo que me mantenga en el «aquí y ahora», y no me vale una pulserita
roja, un tatuaje, ni siquiera lo que dice la PNL con respecto a los «anclajes»;
creo que Rafa Nadal es un ejemplo de utilizar «anclajes» a la hora del saque.
Lo que yo necesito es una especie de «mantra» positivo que repetir y repetir
cada vez que sienta que me salgo del presente, que me desconecto. Pero, claro,
mi saque es muy distinto al de Nadal, porque el partido lo juego yo conmigo
misma y contramigo misma (vaya ´palabro´ que me acabo de inventar).
En fin, que no sé si
os servirá, pero yo, de momento, y mientras nadie me confirme lo contrario, el "anclaje" que mejor me va para conseguir estar en el presente y evitar que la
mente me enrede, es repetir esta negación tan positiva: «No hay ningún sitio al
que llegar».
miércoles, 6 de diciembre de 2023
EL PERSONAJE QUE SOY
Estoy con mi personaje. Lo voy a poner en su sitio.
Poner en su sitio al personaje es
decirle al «ego» que voy a dejar de alimentarlo. Alimentar al ego es
identificarme con el personaje. Y el personaje es ese que yo creo que soy sin
serlo (si hubiera nacido en Pekín, no me llamaría como me llamo, no viviría
donde vivo, no tendría las creencias que tengo, ni la familia que tengo…). Voy a leer de nuevo lo de no identificarme con
mi personaje, a ver si me queda claro de una vez.
Sí,
me queda claro: mi personaje no me deja ser yo. Y no me deja ser yo, porque
todo el rato me está machacando con lo que tengo que hacer para encajar en
sociedad, para que los amigos me acepten, para que los demás me respeten, para complacer
a la familia, caer bien y, sobre todo, para representar los papeles asignados (papel de hija, esposa, madre, amiga, abuela…).
Encima,
cuando me monto una película (por ejemplo que mi jefe me ignora) ya se encarga
el ego de que todo se confabule para que aparezcan señales que lo confirmen y se
proyecte fuera toda la película que me he montado dentro. El ego se siga
alimentando de mi victimismo, de mis miedos, inseguridades, del “pobre de mí”
de “mira el prepotente del otro”. Incluso me hará ver fantasmas donde no los hay.
¿Para qué?: “Chichita ´pal´ niño” (ahora lo comprendo).
¡Pues
ya está!
A
ver, personajillo, deja de hacer de madre con los hijos, que ya tienen su edad;
deja que los demás se equivoquen con sus decisiones, tú no lo has hecho mejor
con las tuyas; olvídate del pasado (que ya no existe); desenfócate del futuro
(que tampoco existe) y céntrate en lo que tienes delante, lo que ha llegado
a tu vida, lo que te aporta, el paraqué está ahí. ¡Disfruta!
Pero,
claro, si yo hago todo esto, me voy a sentir bien. Y si yo me siento bien, ¿qué
pasa? Que mi personaje deja de alimentarse. Y ese personaje va a luchar con
uñas y dientes para no perder ni un cacho de su poder. ¿Cómo lo hará? Pues lo
hará perfecto, me conoce mejor que yo; lleva toda la vida conmigo y yo metida en el
papel, me lo sé de memoria.
Un
ejemplo, esta mañana tenía una duda. Quería saber si una persona había hablado mal
de mí con otra. Y mi personaje se relamió de gusto (porque si no tengo dudas ni
miedos o inseguridades, él no tiene “chicha”). Así que enseguida se colocó en mi
cabeza y me dijo: «Tú llámala con una excusa, hazte la simpática, pregúntale
cómo le va todo, tráela a tu terreno y cuando la tengas a tiro, pregúntale eso
que necesitas saber, ya verás cómo se confirman tus sospechas».
Cogí
el teléfono y me puse a marcar. De pronto me dije: ¡¡¡¿Pero qué haces?!!! ¿Piensas seguir
alimentando al ego? ¿Vas a permitir que tu personaje continúe metiéndote y enredándote
en el juego del sufrimiento, la duda, la inseguridad, el miedo…? ¿A ti qué te
importa lo que se esté diciendo por ahí? Es más, si aquello sirve para entretener, pues ¡hala!, te lo regalo. “Antes
muerta que sencilla”.
Y
lo peor es que, si pienso algo negativo, aparecerán fuera todas las pruebas que
necesito para confirmar lo que llevo dentro: «¿Lo ves? Te lo dije. Ahí lo
tienes. Lo sabía »… ¿Pero qué sabía? Si lo he atraído yo dándole pistas al personaje
para que siga alimentando la película que me he montado.
Vale,
no me voy a deshacer de mi personaje, porque resulta imposible, pero dejaré
de identificarme con él. Ahora, las decisiones, las tomo yo.
«¡¿Entendido?!».
«¡Señor, sí señor!».
(¿Quién
dijo que había que hacer la mili para manejar el juego?).
domingo, 3 de diciembre de 2023
EL OCTAVO PASAJERO
No sé qué ha pasado...
Estaba
escribiendo algo interesante para publicar y se me borró todo.
(^..^)(^..^)(^..^)
(esta soy yo pensando…).
─A
ver, guapina, que ya pasó el tiempo de la parafernalia y los adornos
metafóricos. ¡Al grano! ¡Vete al grano!
Eeeeh!!! ¿Quién ha dicho eso?
(( ≤ ≤ )) yo vigilante.
Últimamente siento como si alguien me hablara; es un alguien que habita dentro de mí. Pero, oye, tiene que ser sabio, porque no te adorna nada. Estas dudando y te hace ¡zas! ¡¡¿Lo ves ahora?!! Y tú dices: ¡Jope! como para no verlo, si me lo has estampado en la cara… Pondré un ejemplo:
Me
apetecía dar una vuelta por el parque,
pero no me quería encontrar con Begoña, que a estas horas es cuando saca al
perro. Mejor tomo el autobús en el centro y me paseo hasta la playa, me dije. No
te lo pierdas…,¿con quién me topo guardando asiento y enseñando la dentadura de
perlas, mientras coloco la tarjeta en el contador de pasajeros? ¡¡¡Oño!!! ¡Qué
hace la Bego ahí? Me entraron ganas de bajarme, pero la vocecilla interior dijo:
«Da lo mismo donde te metas, lo que tienes que resolver en ti, si no lo
aprendes con la Bego, te lo mostraré con el vecino de abajo (o con la cajera de
Mercadona, esa que dices que te saca de tus casillas; cuando de tus casillas
solo te sales tú)». Así es el Universo, y es verdad que lo hace, el muy “cabrito”.
Búscate otro trabajo porque no aguantas a tu jefe, o cámbiate de piso porque
no te gustan los vecinos de arriba y verás como encuentras otro jefe y otros
vecinos que te muestran lo mismito que dejaste atrás. ¿Por qué? Porque el
conflicto no está fuera, sino dentro de ti.
¡Uy!
Qué curioso, escribiendo esto, acabo de comprender una película que vi cuando
era jovencita: «Alien, el octavo pasajero» ¿La recuerdan? No había manera de
cargarse al bicho asqueroso de los tentáculos gigantes. Aparecía en el rincón
más inesperado de la nave. Los tripulantes, que pensaban que había que huir de él, en lugar de enfrentarse a él (y a lo que representaba para
que ellos aprendieran), lo que idean es cambiarse de nave. Y ahí va mi Sigourney
Weaver, después de ver cómo la bestia se ha cargado a todos sus compañeros, y
lo consigue solita. Consigue abandonar la nave infectada y cambiarse a una
nueva mientras observa, a través de una escotilla, cómo explota en el espacio la “nave del horror”
«¡Ufff! Qué alivio», debió pensar. Y al
intentar poner en marcha la nueva, descubre algo oscuro, viscoso, con tentáculos,
enredado y agazapado entre los botones del cuadro de mando. ¿Qué era?... Pues
claro, si el monstruo te estaba mostrando algo de ti que no veías y sigues sin
verlo, ¿qué hace el Universo? O te manda para casa suspenso, o te da un sutil y
electrizante ¡zasca! A la vez que salta la vocecilla interior: «Donde te escondas,
allí te llevaré aquello que necesitas aprender en ti, hasta que lo veas, lo
trasmutes y apruebes la asignatura pendiente; recuerda que estoy en todas
partes». Je, je, ( 😕 yo con carita de “me hago caca”).
¿Sabes
qué? Me voy a llevar a la Bego a tomar un refresco, a ver si descubro a quién
me representa esta mujer para que me caiga tan mal y qué tengo que aprender y
resolver en mí con respecto al personaje que me muestra.
Por
cierto, cuando volví a mi casa, después de ver la película, abrí la nevera para
tomar agua y di un grito. ¡¡¡AaaaGgggg!! ¿Sabéis lo que había comprado mi madre
para cenar? Empieza por «Cala» y termina por «mar» y los tentáculos salían del plato
hasta la balda de abajo (por si todavía hay quien no cree en estas cosas…).
lunes, 30 de octubre de 2023
EL MISTERIO DE LAS COINCIDENCIAS
Decía el psiquiatra y padre de la psicología
moderna, Carl Jung que la «sincronicidad» era uno de los aspectos más
enigmáticos y sorprendentes de nuestro universo. Doy fe. Tendría para escribir
un libro con todas las “casualidades” (entre comillas, porque no lo son) que me
han ocurrido. Las tengo anotadas y alguna vez las he compartido con alguien.
Ya
sé que tengo mucha imaginación, de pequeña me llamaban: “Antoñita la
Fantástica” (también encontré ese libro), pero es que, ciertas cosas de estas
que me pasaron, no se me habrían ocurrido por muy fantástica que yo sea
imaginando. Te lo digo en serio.
El
caso es que, buscando algún video de los que me gustan sobre el despertar de
conciencia en youtube, me aparece un tal Eduardo Zancolli hablando de las
coincidencias. Me paro a escucharlo y me parece que a ese médico le ocurre lo
que a mí, que cada dos por tres aparecen estas casualidades o coincidencias
extrañas en su vida. ¡Qué interesante!, me digo. Y en un momento, va y habla de
su libro: “El misterio de las coincidencias”, corro a buscar papel y lápiz; lo
anoto.
Escucha
bien lo que te voy a contar ahora, que no tiene desperdicio:
El
tipo y su libro me interesan. Me pongo al habla con mi librera favorita, a la
que consulto cuando quiero algún ejemplar en papel, y me dice que no lo tiene;
es más, el libro está descatalogado, me advierte. No me doy por vencida y me
pongo a buscar en más librerías. Nada. No me queda otra que buscarlo en PDF,
que sí lo había. En fin, que voy a lo que voy, que ese libro me interesa mogollón,
que lo quiero, que lo quiero en papel, que no lo hay, pero tiene que haberlo
porque yo lo quiero, que lo quiero y si algo lo deseas de corazón (y tiene que
ser para ti), es que va a aparecer, seguro; esto lo comprobé con un frasquito
de colonia del Lidl. Anoté el nombre y cuando llegue a la tienda, todos los
frasquitos de colonia alineados en su estante y, entre medias, el hueco vacío
con el nombre del que yo quería. Me concentré, confié y metí la mano por el
hueco hasta el final, la desvié hacia la izquierda y tomé el último frasco de
la colonia que se ofrecía allí y que no era la que yo quería, pero lo hice. Como
digo, metí la mano hasta el final, agarré el último frasco y dije: esta tiene
que ser la que busco. La extraje y, «voy
lá». Allí estaba la colonia, la mía, la que yo quería. ¿Quién la puso allí,
al final de una hilera de colonias con otros nombres? ¿Cómo supe yo que estaba
allí, al final de una hilera de colonias con otros nombres? Ni idea. Pero lo
sentí y confié en mi intuición. También confié en el Universo, yo quería esa
colonia y allí estaba.
Bueno,
que me enrollo como las alfombras en verano.
Que
yo quería el libro del doctor Zancolli en papel y el libro en papel vino a mí
(a pesar de que estaba descatalogado). ¿Cómo? Mis hijos se encargaron de
buscarlo. De segunda mano, pero nuevo, nuevecito. Me llegó a casa en un paquete
sorpresa. ¡Ay! Qué bueno. Y ahora viene lo mejor. ¿Casualidad?... (Me encojo de
hombros como hace la mayoría, aunque yo sé que no es casualidad).
Y
aquí está la prueba: Te la dejo en la imagen y me anoto el hecho para incluirlo
en el libro que quiero escribir con los secretos de la casualidad… jeje.
Gracias,
señor Zancolli, por esta dedicatoria “casual”.
jueves, 10 de agosto de 2023
SÍ..., PERO LUEGO
Me quedó claro: hay que sacar la basura mental.
Al principio ni entendía lo que significaba eso,
luego de ver la película “El guerrero pacífico” en yoube, se aclaró.
Es cierto que solo cuenta el momento presente y
que necesito “zarandear” la mente cada vez que se distraiga (en cuestiones pasadas
o futuras). Como le dice “Sócrates” al joven protagonista de la peli: “Siempre
está ocurriendo algo nuevo”.
Por ejemplo, ahora mismo, a través del cristal de
mi ventana, mientras escribo, un autobús se ha parado en la rotonda. Se puede
decir que la escena no tiene nada de particular, pero sí la tiene, porque está
ocurriendo ahora mismo. Da igual que el
autobús sea el que pasa todos los días por esa rotonda a la misma hora, hoy no
es todos los días, es HOY y es AHORA. Seguro que no lleva dentro la misma
gente, igual tampoco el mismo conductor. Incluso, aunque todo eso se repitiera,
ese autobús AHORA MISMO está pasando por la rotonda que tengo frente a mi
ventana, lo puedo ver, puedo comprobar que el mundo sigue existiendo, que las
cosas se mueven, que respiro, que mis ojos captan las imágenes que miro, que es
jueves, agosto, que todo fluye y avanza.
Si no hubiera sacado la basura (mental) estaría
mirando por la ventana y vería el autobús ahí parado, la gente de un lado a
otro, respiraría, los sonidos, el cielo, los coches…, pero todo eso ocurriría
en otro mundo, porque yo estaría pensando que tengo que responder al correo de
la comunidad, que olvidé preguntar por las fundas de los cojines, que todavía
no hice la cama, que llega el fin de semana y tengo la nevera a medias… y todo esto me impide disfrutar del momento
presente, de lo que verdaderamente importa, de lo que “dispongo” porque ni el
ayer ni el mañana están disponibles.
Ojo, que la basura mental también es: ¡Ni la
saludo, a ver si deja de hablar de mi! ¡Y este qué se ha creído que soy tonta!
¡Mañana voy y le monto un pollo al de la tienda! ¡Que no, que no, que esta ya
no me la juega más...!
En fin, no sé si me expliqué bien, pero da lo
mismo, porque me voy a quedar un ratito más aquí, en mi escritorio, junto a la
ventana, disfrutando
todo eso que está ocurriendo AHORA MISMO (los gerundios lo
puse adrede).
miércoles, 26 de abril de 2023
... O INTÉNTENLO
Yo
creo que voy bien: siento paz, vivo en la aceptación, fuera pensamientos
negativos, nada de actualizar el pasado ni enredarme con gente o situaciones densas;
quita, quita…. ¡Funciona!
Claro
que, metida en casa, rodeada de mis cositas y en mi zona de confort, sin que
venga nadie a meterme el dedo en el ojo y sin “bregar” con la “matrix”, lo de
sentir paz resulta fácil.
Vale, venga, me voy a Mercadona (a practicar
la paciencia); al bus (a practicar la tolerancia); a dar un paseíto por ahí, a
contemplar las pintadas sucias de las
paredes (niñatos de mierda); los patinetes sin control por todas partes (vaya tela);
las mesas de los bares que no te dejan paso (vamos, x Dios!!!); las cacas de perro sembrando las aceras (¡más
multas!); las conversaciones banales (ganas de gastar saliva); los azúcares a
rebozar en los escaparates de las
confiterías (¡ñan! ¡ñan!) y la gente fumando (¡oiga! no se meta más metales
pesados en el cuerpo, que le taponan las arterias; ah, ¡¡¡y las colillas al bolsillo!!!).
Y
ahora viene lo mejor: Aquí mis nuevas gafas de mirar el mundo:
─Nada,
nada, señora, tranquila, que si se le olvidó la lechuga, yo espero en la cola a
que usted la traiga, sin problema (total, si van a ser dos minutos). ¿Y ese mogollón de monedas? ¿Es que rompió la hucha y quiere pagar la compra con céntimos? Pues nada, deme un puñadito, que le ayudo yo con los montones, faltaría plus...
─Sí,
señor, este autobús va para el pueblo, puede usted sacar el dinero o la tarjeta
cuando suba, para qué lo va a preparar antes, total, si van a ser dos minutos
ahí, al sol, esperando en el escalón de abajo del autobús; sin problema.
─¿Pintadas
sucias en las paredes? ¿Qué pintadas? Yo ya no estoy en eso. Yo me centro en imágenes
bonitas como las nubes del cielo, el contorno de las montañas, el sol
colándose entre las ramas de los árboles, las florecillas creciendo en el
asfalto…
Un
momento…, me voy a comprar una torrija, que me chiflan, pero SOLO UNA y para disfrutarla, no castigándome después pensando
que es malo, que engorda… (para eso lo dejo ahí, con sus amigas las confiteras).
Bueno,
ya me trabajé mucho por hoy, dejo el resto para mañana…
Y
como dice un tipo de youtube: “Hasta pronto, sean felices o por lo menos inténtenlo” (esto me lo digo yo a mí misma, que ahí fuera parece que no hay nadie).
viernes, 21 de abril de 2023
NI BUENO NI MALO
Estuve
buscando un escrito antiguo para volverlo a publicar. Mientras lo hacía,
escuché una voz en mi interior: (voz)-“Solo cuenta el ahora, todo lo anterior
interrumpirá tu expansión porque está obsoleto”. ¡Uy! – me dije. Y corrí a
eliminar la foto de comunión que tenía en mi wasap. Oye, pues la gente añade
fotos en las redes sociales de hace veinte años, cuando tenía la tez rosadita,
sin manchas ni arrugas y todavía no se le había inflado el globo estomacal.
(voz)-Eso es negar
su presente y querer moverse en un pasado que ya no existe.
-
¿Y eso es malo?
(voz)-Ni malo ni
bueno, es irreal, ilusorio, engañoso, ficticio, falso, imaginario, artificial,
aparente, sin sustancia, ganas de llamar la atención, que me escuchen...
-¡Jope!
No sabía yo la riqueza léxica que atesora la voz interior… Bueno, entiendo
entonces que colgar una foto de cuando me tomé un refresco con mi prima en el
2005 es vivir en lo irreal, lo ilusorio, lo engañoso, lo ficticio, lo
imaginario, lo artificial, lo aparente… (un momento, que me estoy atragantando,
voy a por un poco de agua…, ¡ya!).
(voz)-Totalmente.
Eso es ignorarte, no aceptarte, necesitar de la valoración de fuera, no valorar
tu presente…
-Vale, vale, vale… entendido
(uf, y luego dicen que te comuniques con tu voz interior, pero no veas como “sopla”.
A ver, razón lleva, pero cuando una quiere publicar algo y no dispone de
imágenes o escritos actualizados… En fin, me voy a dar un paseo a ver si
encuentro algo actual, que pase la “censura”, lo escribo y lo publico, que no
se me ocurre nada L
L . Por cierto,
tengo lentejas para comer, no sé si vale la información, porque son para hoy L.
viernes, 31 de marzo de 2023
SI EL OTRO SOY YO...
Me encontré en la
calle con una persona que hacía mucho que no nos veíamos. Charlamos a la sombrita
de un árbol. Me dijo que yo le estaba ayudando mucho a aclarar sus dudas. En
realidad, nos estábamos ayudando mutuamente, porque cada vez que me preguntaba
algo, yo necesitaba primero aclararlo en mí para luego brindárselo.
Uno de los
interrogantes que me planteó fue este: Si veo que a una persona le cuesta manejar su vida, ¿le puedo ayudar? Mi pregunta fue: ¿Te ha pedido ayuda?─ No (contestó)─.
Entonces, ¿por qué quieres ayudarle? ¿Por qué sabes que sería mejor que tú
intervinieras en lugar de que esa persona viera lo que tiene que ver mientras
aprende con sus circunstancias? Es más ¿tú sabes cómo ayudarte a ti?, porque
nadie puede brindar lo que no tiene.
Nos quedamos un rato
en silencio.
El silencio me hizo
comprender que yo trataba de hacer lo mismo con esta persona: ayudarle. En
realidad, la persona me estaba pidiendo ayuda, no era que yo me hubiese ofrecido a ello por las buenas, aunque la
ayuda siempre es llevar al otro a sí mismo, no darle explicaciones de nada.
Cuando llegué a
casa, estuve pensando: Si las personas
somos espejos y lo que veo en el otro
soy yo mismo: ¿para qué apareció esta persona en mi vida pidiéndome ayuda?
Una estrella fugaz
atravesó el cielo.
Y saben qué, recordé un poema y un chiste:
POEMA
A mis soledades voy,
de mis soledades
vengo,
porque para andar
conmigo
me bastan mis
pensamientos.
CHISTE
Papá, si los Reyes
Magos son los padres, ¿tú quién eres?
Merce- Xiaonik
jueves, 30 de marzo de 2023
La mente y su cabreo o la sabiduría y su fluir
LA MENTE Y SU CABREO O LA SABIDURÍA Y SU FLUIR
Que
no, Flanagan, que por ahí no es. Que te pueden ocurrir las cosas dos veces,
pero tres, ya no. Porque ahí está la “Ley del tres” que te recuerda que no es
por ahí, que te pares y lo mires, que lo trabajes.
(voz)─A ver, mi
niña, ¿qué es lo que te ha perturbado?
─No me gusta que la
gente aproveche el momento para caer bien atacando a otros, hablando mal de otros,
haciéndose la buena persona mientras
saca los trapos sucios de otros.
(voz)─¿Y por qué
dejas que eso te perturbe?
─Eso digo yo. ¿Por
qué entro en el juego y dejo que eso me perturbe?
(voz)─Pues, igual
porque necesitas sanar algo, comprender que el otro saca las “armas” que tiene
y las usa con la intención que mejor le vine, pero eso, a ti, te tiene que
traer sin cuidado. El cómo y el por qué de lo que hagan otros es su problema.
El que a ti te afecte, ya es problema tuyo.
─¿Y si me mete a mí?
¿Le compro un globito y un chupa chups?
(voz)─Por ejemplo.
Menos que te perturbe, lo que quieras. Como si lo quieres invitar a un café. El
otro jamás tendrá el poder de dañarte, a menos que tú lo permitas. Si te has
sentido dañada, eres tú quien se ha dañado por permitirlo. Perdónate tú o no te
perdones, eso ya es cosa tuya. El otro es el otro, solo eso. Acuérdate de los
tres “nies”: Ni lo juzgues, ni le des poder, ni lo alimentes.
─Paso totalmente del
otro, entonces.
(voz)─No. No se
trata de que pases de nadie, se trata de que no te afecte lo que diga o lo que
haga el otro.
─¿Y si dice cosas de
mí que son mentira…, qué hago? ¿Me quedo mirando al techo o le rasco la
espalda?
(voz)─Pues sí, por
ejemplo. Lo puedes hacer por separado o
las dos cosas al mismo tiempo.
─El problema es que
hay gente que me defrauda.
(voz)─Si alguien te
defrauda es porque has puesto expectativas ahí. Retira las expectativas y deja
que la gente se muestre como es. Luego, tú eliges si vibras con esa persona o
no. Si no es así, deséale lo mejor y que salga de tu vida.
─Una duda y ahora
seguimos con la charla: ¿me está hablando la mente con su cabreo, o se trata de
otra voz mucho más sabia?
(voz)─¿Tú qué
crees?
martes, 21 de marzo de 2023
El Universo y Hacienda
EL
UNIVERSO Y HACIENDA
La
primera vez que escuché que todo está en ti y que el otro siempre te lleva a ti
mismo, no espurreé el café porque todavía no me lo habían puesto delante, pero
vamos, que la cosa era para mear y no echar gota. ¿Cómo me puedes decir que el
gilipuertas de mi vecino, el de la cara de pánfilo que deja la meada del perro
en el portal, lo que me está es enseñando a que yo vaya a mí misma y resuelva
algo que se supone que está en mi subconsciente? ¿Estás fumao?
Pues
parece que sí, que mi vecino no está ahí por casualidad (ni la meada del perro
tampoco). Ahora me toca averiguar quién es mi vecino; quiero decir, a quién me
representa cuando lo veo, si a mi padre, a mi abuelo, a mi hermano… Y, claro,
se supone que yo no sé que tengo pendiente algo que arreglar con esa persona de
mi familia (bueno, lo que tengo que arreglar es conmigo misma, pero que se
refiere a alguien de mi familia) y por eso va el Universo y me coloca ahí al
susodicho (que si tuviera goma de borrar lo sacaría del teatro de mi vida; por
decir algo).
En
fin, a ver si averiguo qué tengo que arreglar con la forma en la que me siento
cuando le digo al tipo ese que limpie la meada de su perro, me mira y pasa de
mí tres pueblos, porque si no lo resuelvo, si paso del vecino, o me mudo a otra
parte, como lo que tengo que arreglar está en mí, eso vendrá conmigo a donde yo
vaya, y aparecerá otro vecino o quizás otro personaje que me lo va a mostrar; el
Universo, como tengas algo pendiente, te encuentra donde estés (como Hacienda).
En cuanto arregle en mí lo que se supone que
todavía tengo pendiente y que me lo tengo que ver a través de mi vecino, os invitaré a un café sin
espurrear.
Merce- Xiahonik
jueves, 16 de marzo de 2023
ESTO ES PARA TI
Tú ya eres. Ya llegaste. Respira. Lo que te falta es
disfrutar el momento, sin miedo, sin nostalgia, sin nada que te ate a lo
material. Tú ya eres. Ahora toca disfrutar del presente, de la luz, de la
verdad, de la abundancia, de todo lo que te pertenece. Nada de lo que necesites
te va a faltar. Ocúpate de Ser, no de tener, y todo te será entregado en su
momento.
Con esta conexión se inicia un despertar que te permitirá comunicarte
con tu Ser elevado siempre que lo necesites. Está ahí, contigo, siempre lo
estuvo, solo que no lo viste, quizá porque andabas en otros menesteres más
terrenales y densos. Ahora, Eres. Ya has llegado. Honor y gratitud al pasado y
a disfrutar de lo nuevo.
Bendiciones.
domingo, 12 de marzo de 2023
Somos Dios en estado denso
No sé de dónde vino
la respuesta, pero fue un “SI”. ¿Y cómo se hace eso?, pregunté.
─No existe un mundo
en el que vives, existe “tu mundo”, el tuyo, el que tú has creado.
─Sí, hombre ─me
dije─, como que yo voy a querer que me ocurran cosas malas. Si yo pudiera crear
mi mundo, esto, desde luego, lo eliminaría, y aquello, también.
Y la voz dijo: «¿Y
por qué no lo eliminas?».
─¿Cómo voy a
eliminar, por ejemplo, el que mi casero me haya dicho que me tengo que ir del
piso y no encuentro nada?
Y la voz dijo: «Para
encontrar algo, primero hay que desear encontrarlo. Y tú no te quieres ir del
piso, por eso no encuentras otro donde mudarte. En cuanto comprendas que nadie
te está echando del sitio donde vives, sino que te están dando la oportunidad de
salir de tu zona de confort (igual porque ya lo necesitas, o porque algo mejor
te espera lejos de ahí), seguro que encontrarías algo y seguro que le darías
las gracias a tu casero por “el empujoncito”.
─Ya. Pero, ¿cómo
modifico, por ejemplo, el que me sienta ignorada, el que no soporto a mi madre,
el que voy mal con mi pareja, mi trabajo es una mierda…, y todo eso que rodea
mi mundo?
─¿Por qué lo quieres
modificar? ¿Por qué no modificas tu forma de mirar todo eso? ¿Has probado a
cambiar de gafas? Cristales verdes, nos muestran un mundo verde. Cristales
negros, nos muestran un mundo negro. Malvas, un mundo malva… Y podrías
preguntarte, pero, entonces, ¿el mundo de qué color es? Y yo te diría, ¡qué más
da! El mundo siempre será del color que tú lo mires. Si tu relación de pareja
no funciona, ¿por qué no sales de ahí? Si no aguantas a tu madre, ¿por qué no
la aceptas como es y no tratas de que sea como tú quieres? Si tu trabajo es una
mierda, igual es que trabajas en algo que no te gusta. ¿Por qué no lo dejas y buscas otro?
─Sí, claro, y,
mientras, la hipoteca se paga sola, ¿no?
─Te diría que sí, que
si das los pasos adecuados, empiezas a ser tú y a confiar en ti, sí que se
pagaría sola, pero como no me vas a creer, mientras, te digo que te tomes el
trabajo como esa medicina que está muy mala, pero que te ayuda mientras el
cuerpo se cura (mientras encuentras lo que quieres) Y, ojo, que curarse no es
sanarse. Hablaremos de esto en otro momento.
La voz se fue y me
dejó mirando el infinito para que comprendiera que el infinito soy yo, y que yo
soy el infinito, porque todo lo que existe está dentro de mí. ¿Que no? Prueba a
mirar tu mundo como si todo estuviera ahí, no para joderte, sino para ayudarte
a avanzar, a que menees el culo.
Xiahonik.
sábado, 4 de marzo de 2023
SER VERDAD
SER VERDAD
Si alguien me
preguntara qué significa “ser verdad” le daría este ejemplo: llevo mucho tiempo
sin publicar nada, porque quiero ser verdad. Esto implica que si no me apetece
publicar, no lo voy a hacer, y no voy a forzarme ni a dar explicaciones. Solo
me paro, me escucho y me pregunto: ¿quieres publicar algo? Mira que a la gente
le gusta leerte, y muchos te han dicho que quieren seguir leyendo lo que
escribes (este es el hemisferio izquierdo). Pero, ¿ tú qué quieres? (este es el
hemisferio derecho).
Desde luego, ser verdad en algunas parcelas es
mucho más fácil que en otras; me refiero a que, ser verdad, con los amigos, con
la familia, con los seres más cercanos, igual no resulta tan fácil, pero si
comienzas a dar pasitos, verás que te gusta ser verdad (y que a los demás
también les gusta que seas verdad, porque igual a ellos les abre camino).
Ser verdad implica
transitar el gran camino a la libertad. Porque todo se hace desde la verdad,
desde el quiero hacerlo (no desde el “necesito” “debería” “habría que”…).
Dicen que cuando uno habla a
otros, en realidad lo que hace es hablarse a sí mismo. Y es cierto. Yo, esto lo
estoy escribiendo para luego publicarlo, pero, en realidad, lo escribo para que
me quede claro a mí.
Pero, vayamos por partes,
como digo Jack, el Destripador:
Para ser verdad, lo
primero que tengo que averiguar es cuál es mi realidad. Y sobre todo, cuáles
son mis límites.
¿Cómo hago para
darme cuenta cuál es mi verdad? Encontrando tus límites. ¿Qué te enoja, que te
molesta, qué te hace enjuiciar a otro? Si estás todo el tiempo en el trabajo
quejándote de ese trabajo, es que ese trabajo no te gusta. «Pero no puedo dejar
ese trabajo, porque tengo unos pagos
mensuales». Vale, a partir de ahí, puedes ver qué pagos mensuales tienes y si
algunos se pueden suprimir (por lo menos hasta que consigas cambiar de
trabajo). Pero para mirar todo eso tienes que cambiar de hemisferio y verlo
desde el otro lado, no desde el lado de los límites, de los programas, el
conformismo, el no hay otra manera, el hay que tener hijos, hay que tener coche,
hay que tener varios móviles, hay que suscribirse a tal canal, hay que, hay
que… y todos los “hay que” que heredamos sin saber si los queremos, los
necesitamos, nos hacen sentir bien o no.
Veamos otro límite,
otra realidad que nos limita: “Estoy con una pareja con la que no me siento a
gusto, con la que no vibro, con la que no quiero estar… “. ¿Y por qué sigues con
esa pareja?
1.-Porque no sé cómo
hacerlo (¡mentira!, sí que sabes, solo que estás en la comodidad o te alimentas
de eso).
2.- Porque están los
niños (qué bien que estén los niños para que los tomes como excusa, ¿no te
parece?).
3.- Porque no quiero
estar solo/sola (pero si solo/sola ¡¡¡ya estás!!! ¿O es que la soledad solo es
física? Porque no existe mayor soledad que sentirse solo rodeado de gente).
4.- Porque no me lo
he plateado (pues sigue ahí, pero no esperes ser verdad mientras sigas
engañándote).
5.- Porque me da
pena del otro/de la otra. (Ehhhhh!!! No pongas al otro/ a la otra como excusa,
la pena la tienes tú por ti mimo, por ti misma. El otro/la otra tendrá que
vivir su experiencia, y hacerse cargo de sí mismo/de sí misma. Otra excusa que
no vale. Te sigues engañando. Y con el engaño no se llega a ser verdad.
Otra situación de límite: Todos los
domingo como en casa de mi madre, con toda la familia, pero no me apetece, no
sé por qué voy, es una tradición que no elegí, es algo impuesto, no puedo
hacerles el feo de no ir…
El único feo lo estás teniendo
contigo mismo/contigo misma no teniéndote en cuenta. Si quieres ser verdad, en
uno de esos encuentros, coméntale a la familia lo que de verdad sientes,
coméntalo desde la verdad, desde la sinceridad, desde el amor, pero sé verdad.
Diles que no quieres seguir engañándoles (aunque quien se engaña eres tú), que
les adoras, pero que no quieres seguir con esa regla, que podéis reuniros en
cualquier momento, sin que tenga que ser tooooodos los fines de semana como
algo impuesto. O díselo como tú lo sientas, pero sé verdad.
Si pones esto de ser verdad en
práctica y lo quieres contar aquí, tráelo a los comentarios, que nos servirá
mucho. Gracias. Yo también lo haré. Podemos componer un post y titularlo:
Compartiendo el Ser con el ser verdad (o algo así).
Bueno, como se supone que uno
explica para sí mismo/para sí misma, ahora me lo leo, veo si estoy siendo
verdad conmigo misma y lo pongo en práctica.
Besos desde la pompa de jabón que me eleva para que yo me pueda ver
desde fuera y saber si estoy siendo verdad o no conmigo misma.
Y desde Xiaonik (mi
nuevo ser).
miércoles, 9 de noviembre de 2022
NOS MUDAMOS
Pues
sí, nos mudamos. La Tierra ya nos dio bastantes oportunidades. ¿No hacéis caso?
¡Hala! Ahí tenéis el Planeta Rojo, listo para recibir al niño humano que sigue
dormido y sin querer hacerse responsable de sus cosas. Y, ojo, que las
instrucciones están claras: nada de llevarte la colección de zapatos, el coche,
los ahorros, el plan de pensiones... No te puedes llevar nada. Todo lo más, tu
cuerpo serrano (y si no te gusta, incluso lo puedes dejar aquí y pedirte otro).
Por lo demás, nada; se acabó el acumular, el llenarte los bolsillos de tonterías
que no sirven, el atiborrar la nevera, el trastero, el armario, la cuenta del
banco... ¿Y el móvil? ¿Nos podremos llevar el móvil? ¡Ostras! O yo no me
explico o tú no te enteras; observa mi boca: ¡Nada es Nada!
¿Qué
cómo nos comunicaremos entonces? Por telepatía, avance, tecnología nueva, “Planeta Rojo is differet”.
¿Los
animales y los niños? Los primeros en salir, ellos están totalmente despiertos
y no van a consentir por más tiempo que les trasmitamos nuestros programas,
nuestra tontura, la desidia, los berrinches, nuestra falta de madurez. Se acabó
el echar la culpa fuera, el que nadie me quiere, el que no me respetan, el todo
me sale mal, el acumular enfermedades por no querer escucharnos, por agarrarnos
a las faldas de mamá, del amigo, de los hijos, de la pareja… ¡Venga ya! ¡Espabila!
¿Qué no? Pues, ahí te pongo las maletitas y me sacudo para quitarme las pulgas
(dice la Tierra; y se va a sacudir muy pronto).
Por
cierto, la mudanza se hará de forma ordenada y sin aspavientos (a menos que
sigamos montando cirios donde no los hay). Tú te duermes, como el gusanito en
su crisálida, y cuando despiertes: ¡voi-lá! A volar. Saldrás a la calle y verás
la sabia brillante circulando entre las ramas de los árboles; las calles
limpias y perfumadas; la gente con sus trajes de cristal; los centros de salud
cerrados por falta de clientela. Los bancos y los supermercados, igual, porque
ya no necesitaremos otra cosa que fluir, disfrutar y fluir. ¡Yupyyyy! Y la Tierra podrá respirar tranquila y volver
a su época de esplendor sin tanta basura, sin tanto desperdicio, sin tanto
bichejo dañino acumulado. Y, desde los ventanucos del transporte donde
viajaremos, se verá el planeta, allí, a lo lejos, azulito y mullido, desperezándose
para volver a su origen. Y el niño humano tendrá que crecer y hacerse
responsable, si no quiere perder otra vez el privilegio de ser especial, un ser
de luz, y habitar un planeta con todo lo necesario para la vida.
¿Cuándo será esto?
Tú
vete poniendo en cola, aunque, según tengo entendido, como ya nos ha pillado
con los adornos de Navidad en las calles, con la previsión de almacenaje de regalos
y dulces de los grandes almacenes y que la tía Pepita (a la que no vemos desde
el año pasado) ya compró su billete de avión para las fiestas, el esperar un
mes más y colarnos en el 2023 no va a suponer ningún contratiempo; total, si
los que estamos ya somos los elegidos… Eso sí, vete despidiendo del paradigma
antiguo, porque el dinero, la comida, el sufrimiento, la pena, la enfermedad y
todo eso, se acabó (ya era hora).
En
fin, que nos mudamos. Una mudanza sin precedentes, nos vamos a un planeta
distinto, nuevo, con todo lo que necesitamos para nuestro despertar; y yo esta
mañana preocupada porque no aparecía el lápiz de los ojos y perdía el autobús…
(si es que no tenemos remedio).
Mercedes
M. Alfaya.