Leyendo un comentario de Juan José Millás
en el que habla de esas entrevistas que hace a gente importante para luego
confeccionar su columna en el periódico, me he parado a pensar en lo que él
llama «Los grandes» (y que yo defino como: personas que están por encima de
toda cocinilla de tasca con carteles luminosos y propaganda insufrible, donde
se anuncian exquisitos platos y recetas mágicas que luego se quedan en un par
de huevos fritos con la yema floja).
El caso es que
Millás dice (y explica muy bien) que, de vez en cuando, en sus entrevistas, se
encuentra con los grandes. Y comenta: «Además, tengo la experiencia de que los
personajes realmente grandes jamás te ponen límites. Jamás te dicen: “Esto no
lo pongas”, eso te lo dicen los pequeños. Los personajes realmente grandes, una
vez que han aceptado que hagas tu trabajo, deciden que ése es tu trabajo y que
si te equivocas es tu problema, no el suyo. Dan por supuesto que tú eres tan
bueno en tu trabajo como ellos en el suyo».
Con respecto a
esto, tengo que añadir que conozco a muchos personajes grandes. Personas que no ostentan cargos importantes ni salen en la
prensa o en las noticias. Son personas de a pie ─normalitas y anónimas─, a las
que yo admiro profundamente. Las admiro porque me puedo comunicar con ellas
siendo yo misma (con mis fallos y mis aciertos). Personas que jamás se sienten
ofendidas si me equivoco ni se escudan en mis errores para creerse perfectos.
Si les pido ayuda, me atienden con humildad y nunca se dan otra importancia que
la necesaria para su trabajo.
Yo no escribo
tan bien como Millás (qué más quisiera), pero sí que pienso como él. Además,
siendo Millás un personaje tan grande o más que aquellos a los que entrevista,
me gusta que todavía sea capaz de reflexionar sobre estos detalles, ya que,
como dice la frase: «Las mejores aguas siempre discurren de forma subterránea».
Aprovecho para dar las
gracias a todas esas personas GRANDES que, de forma humilde, sencilla, original
y mágica me alientan en el camino y me ayudan a volar.
Mercedes Alfaya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario