lunes, 26 de octubre de 2020

LOS BUENOS MAESTROS

 

LOS BUENOS MAESTROS

 

¿Qué tal te encuentras?... Es la pregunta. Y yo respondo: «bien, esto ha sido una bendición». Y suena prepotente, pero así lo siento. Pensamos que nuestra vida va bien, que podemos con todo, que hay que seguir, que estamos sanos… Y va el Universo y te echa una manilla para que todavía te vayan mejor las cosas, y te manda unos días al hospital con un buen susto.

Y sales, y ahora cambia tu mentalidad, tu forma de vida, tu alimentación y todo lo que te rodea en general: a descansar una temporadita, nada de grasas, todo a la plancha, reducir la sal, no azúcar, no tabaco ni alcohol (aunque yo ni fumo ni bebo) caminar una hora diaria, nada de berrinches ni sofocos, a mimarte, a cuidarte y a mirarte al espejo con la certeza de que tú eres lo más importante de tu vida.

Pues eso, si ya me tomaba la vida como un precioso regalo, ahora que estoy descansando, perdiendo peso, haciendo ejercicio, cuidando lo que como, lo que pienso, lo que me rodea y lo que quiero o no quiero en mi vida…, las posibilidades de ser feliz aumentan de forma considerable. Por eso, ¿quién dijo que sufrir un infarto es algo chungo? Lo es si cuando llega no aprendes lo que ha venido a enseñarte, y yo, con los buenos maestros, soy muy buena alumna.

¡A cuidarnos!

Abrazos soleados con aromas silvestres.


Mercedes Alfaya.