martes, 30 de agosto de 2022

ESO QUE LLAMAMOS "REALIDAD"

            


Hoy me estuve observando. “Me” se refiere a mí, o sea, que estuve observando (me), pendiente de lo que hacía “la Mercedes”, ese personaje en el que me convertí al crecer. Me vi abriendo los ojos y apretando la mandíbula: «¡Joder! ¿Es que no hay día para que la barredora acicale la calle más que a las seis de la mañana?» Y, de lejos, se escuchó una voz como de ultratumba, ¡cómprate unos tapones!, aunque “la Mercedes” ni se enteró, ya estaba en la cocina preparándose el café y la tortilla francesa que, como le dio por hacer ayuno por las noche, el estomago le reclama sustancia y el cuerpo gasolina para seguir tirando. «¡Ostras! ¿Qué le pasa al móvil que no enciende? ¿Cómo miro yo ahora por dónde viene el autobús y los minutos que restan? ¡Tío, que yo trabajo! Es más, ¿cómo le explico a la gente que no contesto a las llamadas o al wapsá porque el móvil no me funciona?». A ver, bonita, no te alteres ─le digo─, para pillar el autobús se usa el reloj de toda la vida y se calcula lo que uno tarda en llamar el ascensor, bajar al portal y atravesar la calle, que no siempre ha estado ahí la tecnología de seguimiento del vehículo en tiempo real mediante una aplicación al móvil. Y tampoco pasa nada si la gente que intenta conectar contigo no recibe respuesta inmediata, ¿te crees tan importante como para que la CIA se haga cargo del caso y te anden buscando por paradero desconocido? Además, recuerda que ayer en el video de youtube que te zampaste antes de acostarte, algo te quedó claro con respecto a eso que llamamos “realidad” ¿o no? ¿Qué descubrió Jacobo Grinberg que descolocó la cara de Fernando Sánchez Dragó en una de sus tertulias de “La Noche: El Sol de Medianoche, TVE 2, de 1989”? ─ Se lo recordé a “la Mercedes” mientras sorbía el café en la terraza mirando el mar de fondo… Mira, reina, ese video TE apareció para algo, piensa, siente, averigua, indaga,  intuye… El documental que te llevaste a la cama hilado en la cabeza para desmenuzarlo mientras llegaba el sueño,  de lo que hablaba era de la Teoría Sintérgica de Jacobo Grinberg. Y si recuerdo bien, lo que dice esa teoría es que estamos dentro de un continuo extensísimo y no conocemos los extremos, y que el humano común solo puede percibir una parte de todo este mundo que entendemos como “realidad”. ¿Qué te quiero decir con esto? Que mires a ver por qué no te funciona el móvil, porque igual se trata de un pequeño nudo imperceptible en la transferencia de energía entre tu dedo conector y el interruptor telefónico. «¿EeeeeHHH?» (la Mercedes no sabe de qué le hablo, tampoco sabe que le estoy hablando, por eso intentaré que recuerde el video de ayer y active sus poderes creadores ─todo el mundo los tiene─ para solucionar lo del móvil).

─Oye, móvil, ayer cargué tu batería al completo y ahora espero que respondas y te enciendas, por favor.

Para que esto ocurra hay que hablar con propiedad, mirar al móvil con fijeza, llegar a su esencia, sentir que su energía conecta con la tuya, observar que él también te mira (y te escucha).

Et… voilá. ¡Plinck! ¡Encendido!

Como dice Jacobo Grinberg: “El cerebro, al interactuar con este campo informacional, crea la realidad de percepción. Esta realidad una vez creada tiene una existencia real. Lo que estamos viendo, los colores, las formas, existen, pero existen como conciencia, directamente. Y las leyes de esta consciencia que llamamos mundo hay gente que las maneja”. No sé si esto tiene algo que ver con lo del móvil, pero está chulo lo que dice, ¿verdad?

Yo no he conseguido manejar estas leyes de la conciencia que llamamos mundo (todavía), aunque, aplicando parte del conocimiento que acabo de adquirir, conseguí conectar el móvil, que no daba señal alguna. Mañana, intentaré eliminar el ruido de la barredora de las siete de la mañana; y, si no lo elimino, a ver si por lo menos no me llega; y si me llega, intentaré que no me afecte. Esto de manejar la realidad lo consigo yo como Mercedes que me llamo… (¿Me llamo así, o es el nombre que me pusieron en esta  “realidad”?).

Mercedes Alfaya.


viernes, 19 de agosto de 2022

Elemental, querido Watson

 

ELEMENTAL, QUERIDO WATSON

 

Necesito ayuda. No sé cómo hacer para que ciertas cosas no me afecten, ni sé por qué me afectan. Por ejemplo ya he dicho por activa y por pasiva que no me manden ni fotos ni videos graciosos, chungos, de pena, con mensajes… al móvil, que no estoy en eso, que no lo quiero ni lo miro. Pues nada, me siguen llegando. Y ahora yo tendría que preguntarme ¿por qué me siguen llegando estos vídeos y estas historias si yo no estoy en eso?

La respuesta es bien sencilla: porque la gente no escucha. Y la pregunta siguiente sería: ¿por qué la gente no me escucha cuando digo que no quiero que me manden ese tipo de cosas al móvil? La gente no me escucha porque yo soy la primera que no me escucho a mí misma. Y lo que uno emite es lo que recibe.

Y voy más allá. Si yo no me escucho (ya que la vida me lo muestra con esta gente), querrá decir que tampoco me estoy respetando. Y si yo no me respeto, no puedo pedir que los demás me respeten, ¿no?: Elemental, querido Watson.

¡Uy! ¡Uy! ¡Uy! Hay que ver lo que uno descubre cuando se para un momento a escucharse y se conecta consigo mismo a ver por qué le ocurre lo que le ocurre y para qué le está ocurriendo lo que le está ocurriendo.

¡Jope! Qué bien me explico cuando me escucho. Perdón, qué bien me escucho cuando me explico (¿Será lo mismo? LLLL).