lunes, 16 de mayo de 2022

¡¡EL TALLEEEEER!!

 

¡¡LLEGÓ EL DÍA!!

¿Nada? ¡NADA!

 

Hemos concluido con éxito el «III Taller de Escritura Positiva. Comunicación Consciente», y eso que me levanté afónica, sin voz, nada de nada… Sí, lo sé: la falta de alineación entre lo que siento, lo que digo y lo que hago; lo que tengo que expresar y me dejo dentro; las situaciones que me superan y las aguanto… En fin, le dije al Universo que yo el taller lo daría, sí o sí, aunque fuera con lenguaje de signos o contratando a un malabarista (soy testaruda, constante y responsable). Pero como se acercaba la hora y seguía sin voz, se me ocurrió algo:



    YO CON CARA DE: 
SE ACERCA LA HORA DEL TALLER Y LA VOZ SIN LLEGAR

«Verás, Universo, si esta afonía es para que aprenda, te doy las gracias y prometo mirármelo, pero déjame dar el taller (llevo mucho preparándolo, levantándome temprano, gastos de material, tiempo, trabajo…) luego seguimos con el aprendizaje a ver si doy con la tecla. ¿Te parece?...».

 El Universo es de pocas palabras, se le dan mejor los hechos. De manera que confié, agarré mi carrito con las carpetas, piedrecitas de colores, diplomas, regalos, galletitas, manteles, pirámide, incienso… y todo el material pertinente, y me fui para el taller (con la ayuda Merche, artista y conductora de lujo que me llevó en su coche).



AQUÍ CON MERCHE 
en su espacio artístico


  Las diez menos cinco, del sábado 14 de mayo, 2022. Probando: ¡¡¡Laaaa!!!! ¡¡¡Dooooo!!! ¡¡¡Reeeee!!! ¿Nada?... NADA. Ni un hilo de voz.

         Llega la gente y me acerco a recibir:

─Hola, ¿tú eres?... Pues toma asiento donde quieras. Encantada.

─Pasa, pasa. ¿Tu nombre? Adelante…

─¿Qué tal? Buenos días, aquí tenéis sitio…

            El espacio que nos cedió Merche es un sitio especial. Nos acomodamos entre muchas de sus obras: cerámicas, azulejos, pinturas… y todo tipo de arte. La luz se colaba por la cristalera impregnando la estancia de una atmósfera mágica; me recordó las pinturas de Vermeer, donde la luz adquiere un color de alquimia, como el que se aprecia en su cuadro: “La lechera”.






¿¿¿EHHHH??? Pero si tengo voz.

De pronto, me di cuenta de que estaba recibiendo a la gente, de que podía hablar, de que había vuelto la voz (aguardentosa, pero voz, que era lo importante). ¡Perfecto!, el pacto en marcha, nunca lo dudé…

La palabra me acompañó las tres horas que duró el taller. Aprendimos, nos reímos, debatimos y compartimos unas horas de lujo donde la energía allí concentrada formó una especie de burbuja luminosa que nos envolvió por completo (al final, se nos hizo corto y queríamos continuar, je, je).







La ganadora del regalo sorpresa fue Olga López, con su “glándula pineal” a tope de activación, porque antes de que saliera el número premiado, intuyó que la muñeca, el libro y las florecitas del sorteo serían para ella. ¡¡Enhorabuena!!, Olga.



OLGA recibiendo su diploma.

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MÁS FOTOOOOOS









POR CIERTO: Contamos con un invitado sorpresa, Rafael, que, con su presencia, contribuyó a que todo estuviera en equilibrio, a que el taller fluyera y a que la energía se moviera a nuestro favor. Y es que, además de las hadas, también existen los duendes (guiño al canto). 

Nos hicimos fotos: de grupo, individuales,  con diploma, en el jardín, en la puerta, en el baño (broma, ji, ji). 




   



 










Foto de grupo, aplausos...


Antes de que la carroza se convirtiera en calabaza y los cocheros, en ratones, la voz recogió su vestido de fiesta y salió pitando de mi garganta, escaleras abajo, perdiendo su zapatito de cristal en la huida.

 ¿Nada de voz? ¡¡NADA!!

YA EN CASA: Gárgaras con limón y miel; con própolis; ajo, plata coloidal, la piedra lapislázuli en la garganta, más gárgaras, vapores, sopitas, pócimas…, pero vamos, hasta que me trabaje el motivo que me llevó a la ronquera y me calce el zapatito de cristal, esto no se va. Universo, por fa, échame una mano, prima.




REMEDIOS CASEROS PARA LA AFONÍA  MIENTRAS TRABAJAS LO QUE TIENES QUE TRABAJAR.


¡EL ZAPATITO YA ES TUYO!





Mercedes Alfaya.

lunes, 2 de mayo de 2022

THE MOMENT

 

Ayer me encontré este sillón de cuento, bueno, mejor dicho, el sillón me encontró a mí (flechazo a primera vista). ─¡María, hazme una foto!─. Y mi amiga enseguida preparó el móvil  ¡Flasch!

Después de la instantánea, me quedé un rato ahí, acaricié texturas y disfruté del acogimiento. ¡Y fue cuando ocurrió!

 De pronto, escuche una voz que me susurraba al oído. Pensé que se trataba de un altavoz conectado al sillón o algo así. Pero no, era el propio sillón el que me hablaba. ¿Qué me dijo? Pues esto fue lo que me dijo:

«Donde estés, habrá una mirada de luz que te envuelva y te acaricie.

Donde estés, sabrás que me asomo al abismo para cuidar de ti y acompañarte.

Donde estés, recibirás el aliento y el sosiego que re­clames o necesites.

Donde estés, yo estaré contigo, pero no como un simple e imperfecto humano, sino como la divinidad que llevas dentro. Porque yo soy tú y tú eres yo. Y juntos formamos el maravilloso ser que eres».

 Igual llegas a los Estados Unidos y nos tomamos algo juntos. Puedes conectar la música que tanto nos gusta, cerrar los ojos y viajar.

https://www.youtube.com/watch?v=447yaU_4DF8&list=RD447yaU_4DF8&start_radio=1