viernes, 1 de septiembre de 2017

Se acabó el verano



      Ya estoy buscando sitio para arrinconar la colchoneta de la playa, la sombrilla, los manguitos del niño, el cubito y la pala, la tabla de surf, los bikinis, las toallas, el bronceador y las rebajas: no veas la de cosas que me he comprado en las rebajas; y a precio de saldo; no sé si para usarlas o para despejar el stop que acumulan las tiendas, pero ahí están, rellenando mi armario. ¡Ay!, cómo me gusta abrir el armario y verlo atestado de ropa: este modelito me sentará como un guante en cuanto adelgace unos KILOS. Y los piratas a diez euros son una pasada, me traje cinco; cada uno de un color.
         Además, me he comprado un montón de zapatos, vestidos, camisetas, pantalones, sombreros, bolsos (“tiraos”. Los bolsos de telita y lentejuelas están tiraos de precio; y los otros, también). Lo voy a meter todo en la maleta, este año ya no me da tiempo a estrenar nada.

        Se acaban las vacaciones y hay que colocarse las pilas: ¡Uy!, ¿dónde las guardé?...
        Organización. 
      Lo primordial es una bolsa enorme (necesito desprenderme de todo lo que compré el año pasado que no me he puesto, y dejar sitio para todo lo que he comprado este año que no me pondré). Ahora que lo pienso, me hace falta un armario más grande, aquí ya no cabe nada… Apunta, nena: comprar un armario nuevo, a ser posible, de ocho puertas; me apañaría con siete: eso sí, sacrificando algunos vaqueros, las tres chaquetas que pasaron de moda, los ocho vestidos que no me entran, el traje ibicenco (no pienso asistir más a esa fiesta pija de la playa), la maletita salmón (demasiado pequeña para viajar) y los patines (no sé cómo se me ocurrió comprar unos patines si yo no me sostengo ni en las escaleras metálicas).

          En fin, que tengo que activar las pilas y dejarlo todo organizado antes de volver al trabajo. Por cierto, ¿dónde puse el uniforme? ¡Ay! Dios…, ¿a que lo llevé a la tienda solidaria cuando hice la limpieza a principios de agosto?... ¿Y qué hago yo ahora sin el uniforme?... Si es que toda la culpa la tienen las rebajas, el verano y estos puñeteros armarios de juguete donde no cabe nada.

Mercedes Alfaya.

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