jueves, 7 de octubre de 2021

TOCA VOLAR

 

 

TOCA VOLAR

 

He conseguido algo: cada vez necesito menos los aplausos, incluso ahora veo la vida como desde una butaca, sin juzgarla. Acepto todo lo que ocurre comprendiendo que si algo está ahí es porque tiene que estar, y lo que no está es porque no lo necesito. Dicho esto, hoy estoy que floto, y mis palabras claves son: «Me parece perfecto».

Lo mejor que le puede ocurrir a alguien es haberse liberado de su personaje, de ese que representa cada cual, con sus programas adquiridos, porque, si yo hubiera nacido en Singapur no sería la misma que soy ahora ni tendría las mismas vivencias, por lo tanto, esta no soy yo, sino el producto de mis circunstancias. Moverme en ese Yo, independiente del lugar de nacimiento y los programas, ya es un hecho.

La verdad es que, en este momento, no necesito la aprobación de nadie, ni que me digan lo lista que soy, lo que les gusta de mí, lo bien que lo hago, las palmaditas en la espalda… ¡Nada! Solo respirar, que me llegue el sol (como a Diógenes en el tonel), la luz, anotar lo que siento, observar la vida, vivirla, dejarla que me habite o que se vaya; me es indiferente. Hoy, por primera vez, comprendo que mi película está rodada y que me toca sentarme en la butaca (con palomitas o sin ellas) contemplar lo que ocurre, disfrutarlo, desapegarme de todo, porque ese todo está fuera de mí, y yo, mera espectadora, lo único que necesito es Ser. Vaya, me levanté profunda, ¿será el café Bio-Ecológico-de Tueste Natural y de Colombia? Seguro que no. Aunque, es cierto que me lo tomé en la terraza, con la mirada en el horizonte y la proyección en mi interior: toda esa belleza matutina (y más) soy yo; lo sé. ¿Para qué necesito que nadie me lo diga? ¡Uy! Como diría mi hermana: ¡Qué bonito, nena, la casa de la pradera!

Por cierto, toca volar un rato. Me descomprimo (por decirlo de alguna forma) busco mis gafas de mirar el mundo con los ojos nuevos, me despojo de todo sentimiento, culpa y omisión, escurro la impaciencia, el miedo, la culpa, y me elevo por encima de todo lo creado (sí, ya sé que repetí la palabra “todo”, pero como soy consciente y me lo permito, está bien dicho por haberlo dicho yo). Como decía, que me elevo. Igual regreso dentro de un rato, todavía vivo en la matrix y tengo que ir a Mercadona, poner la lavadora…, aunque, eso será después. Así que, ahí les dejo con su bonito día (y si no es bonito, miren a ver dónde están permitiendo que se les tuerza). ¡Hasta luego, Mari Carmen!

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