sábado, 25 de junio de 2022

EL VALOR DE LO QUE CALLAS

 

EL VALOR DE LO QUE CALLAS 

«Venga, bonito, vamos a casa, que llevamos mucho tiempo en la calle». Es lo que vi que le decía una mujer a su perro esta mañana. Me hizo gracia, porque el perro andaba olisqueando algo en uno de los laterales del portal y ni caso, como si no fuera con él. Me suele ocurrir. No con  mi perro, porque no tengo, pero sí con alguna gente. Le hablas y se te quedan mirando totalmente desconectadas, asintiendo de forma automática, con la mirada ausente y la mente en otra parte: “A ver si mañana pillo a la limpiadora del bloque para ver qué ocurre con la mancha del descansillo”… “No entiendo por qué el banco me cobra comisión si tengo mi nómina domiciliada”… “Uff, tendría que haberme puesto una blusa más fresquita”… ¡¡¿Hola?!!... ¿Hay alguien ahí?... Nada, ni caso. ¿Para qué mierda me molesto en hablar con la gente, si no me hacen ni caso? ¿Y yo?, ¿me escucho yo? ¿me hago caso?... (bueno, eso ya es tareilla pendiente).

 Los animales sí que saben. Tú le hablas a un perro de lo que te ocurrió ayer en la sala de espera del dentista y lo más que hace es mirarte, ladear la cabeza y estirar las orejas, como diciendo: a mí lo que me importa es averiguar el tono en el que me hablas, saber si estás triste o contento, no lo que te ocurrió ayer, el mes pasado o el 31 de marzo. Y eso es comunicarse.

Creemos que la comunicación necesita del lenguaje, de las palabras. Y ¡no! Precisamente el lenguaje es el que menos comunica, porque siempre andamos explicando algo que a la gente “ni la´falta, ni l´
amporta, ni l´anteresa” (como se suele decir).




Un momento, tengo una mosca en el brazo. Aprovecho para leerle esto que voy a publicar en facebook, a ver qué le parece.

Voló, Se fue. Salió pitando; con la música a otra parte. Lo que yo te diga, que una vale más por lo que calla que por lo que dice. Analizaré esto y me lo trabajaré; ahora que, como venga la mosca a preguntarme la marca del flix que uso, ni caso; que yo también me sé meter en la densidad (esto de meterse o salirse de la densidad, ya lo dejo para otro escrito, que me voy de feria. ¡Perdón! Quería decir: que me voy de silencios).  

 

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