sábado, 3 de septiembre de 2022

¡QUÉ ESPECTÁCULO!


“Mi vida es una sucesión de acontecimientos, igual que la suya. Sólo que yo estoy desapegado y veo el espectáculo que pasa como un espectáculo que pasa, mientras que usted se apega a las cosas y se mueve con ellas”.

                                                                      Sri Nisargadatta Maharaj

               


            Por fin he comprendido esto que dice el gran maestro espiritual de la corriente Advaita, porque lo puse en práctica y funcionó. Intenté ver lo que ocurre en mi vida como si estuviera en un teatro, sin implicarme, sin que algo me desborde, me sorprenda, me afecte o, simplemente, se me cuele dentro. Yo, en mi butaca de espectadora, veo, por ejemplo, cómo mi personaje se para en el puesto de frutas, recoge unos melocotones, los introduce en una bolsa y se dirige a la cola que lleva al mostrador. Una señora que había colocado su carrito ahí, guardando sitio, me mira como si yo me hubiera colado, y yo la miro como si no lo hubiera hecho, porque una cesta en la cola no te guarda el sitio en la cola. Y ahora viene lo mejor: la señora no se contenta con dirigirme una mirada de trueno, sino que me increpa con esa facultad del ser humano para expresarse con los demás a través del sonido articulado llamado lenguaje. «¡Perdone! Pero detrás de ese hombre voy yo», me dice. «Pues yo no la he visto cuando he llegado a la cola». «Estaba ahí mi cesta» «Su cesta no es usted y, a menos que la cesta se mueva por sí misma, no pienso dejar que usted se me ponga delante», le digo. Y la mujer se acalora, busca el abanico, se da unos golpes en el pecho, vuelve a mirarme desde su cara de trueno, y yo me acuerdo de Nisargadatta: “El secreto es la no implicación en el teatro”.

      Entonces, saco las palomitas del bolso (siempre llevo) y me acomodo en la butaca (imaginaria, claro) me echo un puñado de maíz a la boca, miro a la mujer y añado: «¿A usted no le parece un poco aburrida esta escena?, si quiere palomitas mientras llega la siguiente, coja, coja, que tengo más». La mujer ahora se enfurece porque dice que la he llamado “coja” y que lo único que le impide andar bien es un juanete que le molesta más que antes. ¡Uy! esta serie promete, me digo. A ver cómo termina todo esto, si los melocotones adelantan a la cesta o es la cesta la que se coloca por delante de los melocotones. 

       El secreto yo creo que está en dejar que las cosas ocurran como ellas quieran, a su amor, sin que me afecten, aunque lo de las palomitas lo voy a suprimir porque dice un estudio que un consumo elevado puede producir daños a la salud. Implicarse en el teatro también produce estos daños a la salud y no he visto que lo resalten por ningún lado; esto es cosa de las farmacéuticas, que con el pastilleo se hacen el agosto, tendré que buscar esa serie.


Mercedes Alfaya.


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