domingo, 28 de abril de 2019

Viaje a las Pléyades (segunda parte)


                                                                           
Ya me acoplé a 5ª dimensión.

Les cuento:

Como dije, aquí no se necesita cuerpo, tampoco existen parejas como tales (y no tiene nada que ver con el poliamor, qué va, eso es un invento de la tele). El éxtasis se manifiesta de forma subliminar, es decir, nada de orgasmos ni intercambio de fluidos. ¿Qué cómo se apañan entonces? Se apañan. ¿Recuerdan los trances de Santa Teresa, o de San Juan de la Cruz…?, pues, eso, no les digo más…

                                           


El caso es que el teatro que cada cual representa en la Tierra, aquí también se da, pero se da con Consciencia, como forma de diversión. Te disfrazas y adoptas un personaje, el que quieras, sin perder la referencia de que ese no eres tú. En cambio, en la Tierra, te lo crees todo; llámese creencia al hecho de pensar que Juan, divorciado y conductor de autobús, es Juan, divorciado y conductor de autobús; o que María, administrativa, madre de dos hijos, casada con Benito y que vive en el 4º D, barrio de la Esperanza es María, administrativa, madre de dos hijos, casada con Benito y que vive en el 4º D, barrio de la Esperanza. Para que lo entiendas mejor, que aquí todo es auténticamente auténtico, sin programas ni cartón. ¡Esencia pura! Lo que es, es. Y lo que no es, no es. Así de claro, como la parte del huevo que no amarillea. Y si te disfrazas, lo haces por diversión, Avatares, solo para el juego.

Les voy a mostrar mi personaje de estos días. Me encanta. Miren qué look, con el que nunca me atreví en la Tierra. ¿Por qué?... Vete tú a saber: miedo, normas, prejuicios…  Como aquí se disuelve el personaje, pues uno puede cumplir sus sueños, ¡y que se mueran los feos! (que es un decir, porque ya he comprendido que todo el mundo tiene su encanto).



¡Ea! pues, ahí estoy yo, la nueva fashion planet, la que siempre quise ser, la que soy y la que seré por siempre jamás; o por un rato, lo que yo quiera que dure mi personaje. ¡Huy! Todavía me cuesta decir eso de “Lo que yo quiera”, es como si me liberara de todo, como si me expandiera, una sensación pletórica. Ojo, hacer lo que uno quiere no tiene nada que ver con hacer lo que te dé la gana, que eso sí está penado.


 ¡Jo! Y que me haya tenido que venir al espacio para experimentarme y ser yo misma…  ¡Esto mola! supercalifragilisticoespiralidoso. ¡Lo dije del tirón! y con un hueso de aceituna en la boca (ahora mismo lo escupo por el diente. Lo traje para que me ayudara a salivar y que los jugos gástricos no se mezclasen con el éter). 

Bueno, ya les contaré, que voy a consultar los picos de la "Frecuencia Chumann" (el latido terrestre), a ver qué tal. He visto que se avecina tormenta ahí abajo y no me lo quiero perder.

 ¡Dios! Con la que está entrando y mis paisanos sin enterarse; claro, cuando no son las votaciones, es el partido de fútbol, la Pantoja, la semana santa, las comuniones, las ofertas del Lidl o a ver dónde comemos mañana que están todos los bares llenos..., el caso es que no se enteran de nada... En fin, cuando lleguen las naves, sí que van a despertar, que espabilen o se queden en tierra (que es otra opción). Yo, mientras tanto, a disfrutar de mi auténtico yo y mi look pleyadiano.

                                                       

Nota: Si me ven tripetida, no se asusten, es por el llamado efecto espejo, que aquí se usa mucho, más que nada para que aprendamos de nosotros mismos observando a los demás, que también somos nosotros mismos.
¡¡¡Chaito, hermanos!!! Hasta la próxima conexión. 



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