miércoles, 4 de marzo de 2020

LOS PROGRAMAS



Tengo un cuaderno donde anoto cosillas para recordar, aprender o superar. Lo acabo de abrir y esto es lo que salió escrito:
“Todavía me queda aprendizaje, sobre todo el evitar que me moleste si me envían un vídeo que no me apetece ver, me mandan una página para que lea una noticia que no me interesa o me informan de lo que dice la tele sobre el virus ese al que yo no le presto atención, por no darle energía (si me infectara, sería porque me tendría que infectar; pero yo no me voy a preocupar por algo que ahora mismo no está en mi vida)”.

Bueno, a lo que voy… Aquí, en mi cuaderno, también dice esto otro:

“Si todavía cedo ante cosas que no quiero hacer, es por miedo al rechazo; algo que está ahí incrustado en mi niña interior. De pequeños, aprendemos supervivencia, porque nadie nos enseña otra cosa. Mentimos para librarnos del castigo y también por ese miedo a que nos aparten del grupo, de la familia, de la comunidad... Cedemos a todo por miedo. Y es en ese momento, de pequeños, cuando entendemos que había que hacerlo así (ceder, mentir…) para que nos siguieran queriendo y no nos rechazaran. Y con eso, se grabó un programa dentro de nosotros que sale ahora, porque lo llevamos dentro y no lo hemos resuelto. Y yo pienso: ante esto ¿qué puedo hacer? Creo que lo mejor es permitir que salga la niña interior y, cuando aparezca algo que me incomode o me produzca rechazo, decir: ¡Ostras! ya está aquí la niña Mercedes que, como no se lo permitieron de pequeña, ahora se lo permito yo”.
            Eso es lo que pone en una de las hojas de mi cuaderno. Ahora voy a trabajarlo, porque no es tan fácil (tampoco es tan difícil). Lo que hay es que ser conscientes de los programas que llevamos grabados desde que éramos unos críos. Y todo por miedo a…, pero que ya no nos debería asustar nada: «Esta soy yo, le guste a quien le guste, porque, a quien le tengo que gustar es a mí».

Mercedes Alfaya.

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